Es la segunda ordenanza
instaurada por el propio Jesús para que el discípulo pueda intimar con el Salvador
y su propia salvación. Se realiza en memoria de Él. El pan representa su
cuerpo, la Encarnación. El pan se reparte entre los que tienen hambre o
necesidad de Dios. El vino representa su sangre que va a ser derramada, la vida.
Ambos son los símbolos del nuevo pacto, que nace del sacrificio expiatorio.
Sólo el corazón limpio cenará, previo perdón, cuando corresponda.
Juan 26:17-29
El sacrificio de la misa
EVANGÉLICO SOY
twitter.com/evangelico_soy
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