El Espíritu Santo es
Dios, la Tercera Persona de la Santísima Trinidad. En el Espíritu Santo, el
enviado de Dios, habita la plenitud de la deidad, con todos sus atributos. Es
quien guía al rebaño y les recuerda el evangelio, trasladándonos a toda verdad,
mediante la gracia. Es quien lleva al pecador, libremente, a los pies de
Jesucristo. Adoremos al Espíritu Santo, el responsable de purificar, vivificar,
consolar, entregar dones y preparar a los discípulos del Salvador. El bautismo
en el Espíritu Santo es una segunda obra de gracia (Hechos 1:5) que limpia,
alumbra y vigoriza al discípulo de Cristo. El Espíritu te invita a orar, a
ayunar, a clamar a Dios de rodillas, a predicar, a solidarizar con el pobre, a
alabar al Señor, como elementos del proceso de purificación del redimido. Es el
único representante de Cristo en la tierra. Gloria al Espíritu Santo.
Génesis 1:2; Hebreos
9:14; Salmo 139:7; Mateo 20:19
EVANGÉLICO SOY
twitter.com/evangelico_soy
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